miércoles, 17 de junio de 2015

025 - La Mejor Defensa ...

El Sol Oscuro estaba particularmente fuerte en esa tarde. Habíamos marchado rato largo, pues teníamos que llegar a Urik lo antes posible. La guerra estaba en puerta.
¡Tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas hermanos Etarras! – se escuchaban los gritos de mi querido amigo Cook Tutan. – ¡Hoy pondremos fin a la tiranía de otro Rey Hechicero! ¡Y si no es así, sufrirá nuestros embates cada vez que nos levantemos de nuestra tumba, hasta conseguir nuestro objetivo! – los gritos animados, de los enanos se oían claramente en las planicies. Sin recelo de nada, pues eran un millar.

Yo sólo quería llegar a Urik. La marcha había sido forzada desde hacía casi tres días cuando salimos del último oasis y aunque el sol me alimentaba, me animaba más la idea de una tienda dónde descansar al menos un par de horas. – Aún nos quedan varias horas de viaje para el anochecer, deberíamos hacer una parada táctica, al menos para tomar un trago de “miel de kank” – dijo Adunaphel. Cook sólo lo miró por sobre el hombro. Yo sabía que el elfo lo había hecho sólo para enfadarlo.



Sara iba a mi lado. Callada. Creo que ella sabía que aquel día iba a morir. Quizás lo presentía.
Luego vi la mirada perversa y la sonrisa cruel en la boca del Dragón. El cráter de arena cristalizada a unos metros de mí. Los lamentos de los enanos por el tremendo dolor causado solamente con la presencia de la bestia. Mi grito perdiéndose en el páramo.  ¡¡SARA!!

Desperté intranquilo, pero sentí la mano de Jimena en mi pecho y volví a recostarme, ella me abrazó. Miré por la ventana hacia afuera y aún no había amanecido.          
Me dio un beso tímido, y acomodó su cabeza en mi brazo. Sé que la primera excusa había sido que no quería dejarla sola. Sobre todo cuando aquel tipo ya había estado dentro de su cabeza. Ahora le iba a ser muy sencillo crear un enlace con ella y no me quiero imaginar las cosas que podría hacerle. Pero siendo sincero, había querido estar con ella desde hacía mucho tiempo. 
Su torso se movía tranquilamente. Es evidente que confía en mí.

Luego de un rato y con los ojos aún entrecerrados, sentí el Sol entrar por la ventana. Ya sabía que tenía que hacer. Jimena necesitaba algo que la protegiese todo el tiempo, y era justamente lo que iba a regalarle.

Le hubiese comprado un collar, pero eso me hubiese llevado toda la mañana, o incluso más. Además yo sabía que ella guardaba un collar que había sido de sus padres. Le expliqué que ponerle ahí una de mis protecciones me tomaría tiempo, y en ese tiempo no podría hacer otra cosa. En ese tiempo, ambos, corríamos peligro.      
- ¿No sería más prudente esperar unos días? – me preguntó. Ya había pensado en ese punto, pero para eso necesitaría músculos que me ayuden.        
Si el enemigo es el monstruo que me han dicho que es, yo sólo estaría mucha desventaja. - Espero que Pancután o Benjamín estén en la ciudad, pero juzgando por lo que me dijeron la última vez que los vi, no espero encontrarlos. – pensé, creo en voz alta, porque Jimena me miró extrañada.

- Sí, seguramente sería prudente esperar, pero si lo que tengo pensado resulta, nos puede dar una ventaja y un tiempo para actuar libremente.   
Mi celular sonó inesperadamente y no me extrañó que fuese desde un número bloqueado. Respondí con un poco de recelo, pero me dio gusto escuchar la tonada marcada de Pancután. – Quike, nos dijeron que tuviste problemas ayer. ¿Cómo andás? – hice una pequeña sonrisa para que Jimena se tranquilice. – Necesito su ayuda – respondí.      
La risa fue tan audible que tuve que alejar el teléfono del oído. – Abrí la puerta. Te estábamos vigilando desde anoche. ¡Buen espectáculo! – no quise indagar mucho más.

Allí estaban. Benjamín hizo un saludo con la mano y ambos entraron sin esperar invitación.
- Estuvimos buscando información sobre el tipo que nos atacó. No conseguimos mucho, pero sí sabemos que está en contacto con un tal Eusebio Suarez, alias el gringo. Un conocido traficante que está en la Prisión de Bouwer desde hace más de 5 años. Este tipo hizo varios trabajos para gente pesada, pesada, pero aparentemente es apadrinado por alguien a quien llaman El Muerto. – dijo Benjamín pausadamente. Me miró unos segundos, creo para ver mi reacción. Aunque a veces creo que puede ver el aura a mí alrededor. Pero veo que no le sorprende nada.         
- ¿Te suena? – los miré antes de responder. – En mi tierra le llamamos Kaisharga. Y se podría considerar un Muerto Vivo. – esperé. Pero los tipos son profesionales, y por lo visto han visto cosas que van más allá del entendimiento normal de la gente. – No sé cuál de ellos es este, pero cualquiera sea, es muy peligroso. Y les soy sincero, no tengo ganas de ser el objetivo de este tipo. –

Pancután se sentó en el sillón, cruzó la pierna mostrando sutilmente su arma en la sobaquera. Su ojo derecho casi cerrado. – ¿Qué vas a hacer? Porque me imagino que ya tenés un plan… - mi señal con la cabeza fue afirmativa. - … y los necesito. -           
Ambos sonrieron como si hubiesen estado esperando esto. No sé qué tan buena idea sería el incluirlos, pero no tengo a nadie más por el momento.

Les expliqué brevemente el plan y qué necesitaba de ellos. Afirmaron al unísono.

Bajé mis defensas mentales y fue como la mejor carnada para el viejo pez gato. Aquél de la película.
Habían pasado unos minutos, y Jimena se dispuso a hacer el desayuno para todos, cuando sentí la figura oscura llenar la habitación. Todos quedaron paralizados. Vi la taza caer de las manos de Jimena, pero en mi caso es difícil influenciarme, aún sin mis defensas.
Me sorprendió un poco, ver que Benjamín se liberase de aquella opresión unos segundos después. Sin perder más tiempo, miré hacia mi interior y observé el lugar donde estaba.

Me costó unos segundos el localizar algún punto de referencia. Una habitación grande y oscura, con dos ventanales cubiertos o pintados de oscuro, una cama grande, y una mesa pequeña de algarrobo en un costado, pequeñas escalinatas desde la puerta hacia el interior de la habitación. El olor era penetrante, como el de sahumerios de pachuli. Vi un enorme tigre oscuro formarse como de humo en el centro de la habitación y saltar sobre mí, pero mi cuerpo se movió casi por instinto y no logró acertar el golpe. - Todo está en mi cabeza, y nunca me ha fallado. No lo hará ahora –

El tiempo corría y escuché a Benjamín decir – se nos termina el tiempo, el narigón no va a durar mucho y tu mujer… bueno, ella está bien – puedo aguantar la presión, pero no sabría decir qué tanto podrían aguantar ellos.

La puerta de entrada, tiene un cartel colgado, pero no podía distinguir las letras desde donde estaba. Sentí un zarpazo penetrar en la carne de mi pecho. Apreté los dientes y agudicé la vista: Gran Tomaso Di Sa… - ¡Ya sé dónde está! – abrí los ojos, y sin concentrarme demasiado protegí a todos en la habitación con mi bastión mental. Pancután y Jimena respiraron nuevamente. Vi el tigre chocar contra la pared invisible a nuestro alrededor. – Ya volvemos… - dije en dirección a Jimena, y no le di tiempo a objetar. Tomé a Pancután y Benjamín por los hombros y desaparecí de ahí.

Habitación 312 en el famoso Hotel de ciudad de La Falda. Por fin podía verlo en carne y huesos.
- Buenos días Señor Mago – le dije en el idioma de Draj. El tipo hizo una mueca con su boca malformada. Sabía que no lo había engañado. Había jugado mi juego todo este tiempo, porque quería tenerme enfrente.

(Las fotos que aquí se muestran, son de mi autoría. No utilizarlas sin mi expreso consentimiento)
Por ahora voy cumpliendo, jajaja. Espero que les guste. Dejen sus comentario. Prometo que se pone mejor :) ... Puedes seguirme en Twitter @MirkoemirR.

4 comentarios:

Yoly dijo...

esta historia tiene un de todito (emociones, tristeza y suspenso). a medida que se avanzo el texto, me trama las situaciones, porque los personajes tienen sentimientos que nos hace imaginar la película, las circunstancia de cada situación basada hechos reales..

Yoly dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eli dijo...

No has perdido tu toque Mirkachu!!! y como siempre nos dejas con ganas de mas!!!!!!!!!!!!!

Carandor dijo...

Mirko, me dan ganas de volver a dirigir Dark Sun !!!!! culiaaaauauuuu